Por Iván Ottenwalder
La mayoría de dominicanos hemos tenido algún perro o gato como mascota. En la imagen colgada aparezco retratado con un can larguirucho, blancuzco y orejudo. En aquel entonces contaba con tres años de edad y residía en la calle La Altagracia, de San Pedro de Macorís. A la edad de cinco ya estaba viviendo en Santo Domingo de Guzmán, la metrópolis y gran capital dominicana. Tiempo
después, llegaría a tener otras mascotas, de las cuales, desafortunadamente no
guardo fotos, exceptuando las de Michy, ya colocadas en un capítulo anterior.
La raza del perro era galgo afgano.